viernes, 8 de julio de 2011

FEZ: EL LABERINTO DE LA... "FAUNA"

MEKNES

Nuestro tren desde Fez salió a eso de las 9 de la mañana. 20MAD el billete en segunda clase.
En unos 40 minutos estábamos en la estación central de Meknes. Salimos y había varios taxis esperando pasajeros. Rápido se nos acercaron unos taxistas a preguntar a dónde íbamos. Le digo a uno: al hotel Ibis. Me responde: 40MAD. Le digo: no, de 40MAD nada, me pones el taxímetro. Me mira con una sonrisita y me dice: no, no hay taxímetro. Le pregunto: ¿y se puede saber por qué no? A lo que me responde encogiendo los hombros, poniendo cara de capullo integral y diciendo: pues porque no.
Pues muy bien, majete, ahí te quedas con tu taxi sin taxímetro, que ya me busco yo la vida Doblemente malvado Mr. Green .

Agarro las maletas y le digo a mi marido que me siga. Camino 200 metros hasta salir de la plaza de la estación y llegar a una avenida bastante grande y paro al primer taxi que pasa.

-¿Tiene usted taxímetro?
-Sí, señora.

Pues para dentro. Y lo mejor vino después. El taxi se tuvo que parar en un semáforo justo a la altura de donde estaba el taxista de antes. Momento de gloria en el que aproveché para sacar el brazo por la ventanilla y dedicarle un afectuoso saludo Riendo Riendo Aplausos Aplausos

Total de la carrera con taxímetro: 9 MAD.

Conclusión que saco después de éste y otros incidentes del estilo en mis viajes por Marruecos. No seas gilipollas y plántales cara. No están acostumbrados a que un turista les plante cara, y menos a que sea una mujer y en francés…pero no te acobardes. Recuerda: tú para él eres un Euro con patas… él para ti es un caradura con chilaba, no te la dejes colar. Las reglas de tu viaje las pones tú Guiño .

En fin, que ya estábamos en el hotel. Precioso por fuera, con unos jardines estupendos y una piscina guapa, guapa y muy correcto por dentro. La habitación, como siempre, limpísima, con una cama muy cómoda y el baño impecable. Hasta te indican hacia dónde queda La Meca por si quieres rezar, jajaja.



Dejamos los bártulos y salimos en dirección a la Medina. Estábamos bastante cerquita. Sólo había que cruzar una carretera.


Fuimos directos hasta Bab el Mansour, la puerta principal y según todas las guías, la más bonita de Marruecos…pero, francamente, las he visto mejores Ojos que se mueven .


De frente teníamos la plaza el-Hedim. Es bastante grande, pero nada del otro mundo. Hay muchas terracitas donde tomar un buen zumo natural.




Nos internamos en la Medina, que estaba desierta. Nada que ver con Fez. ¡¡Qué tranquilidad!! Aquí nadie quiere venderte nada, se puede caminar sin que te atropelle un burro…


Llegamos a la puerta de la Gran Mezquita. Era viernes y estaba hasta arriba de fieles que iban a orar.


Enfrente nos encontramos con la Madrasa Bou Inania y entramos a visitarla. (10MAD)
Es preciosa. ¡¡Qué maravilla!! Os dejo unas fotos.






Luego subimos a la parte de arriba donde se pueden ver las habitaciones donde dormían los estudiantes.


Y por último a la azotea, desde donde se puede admirar el minarete de azulejos verdes de la Mezquita y los tejados de la Medina.


Regresamos a la plaza el-Hedim y comimos allí en una terraza. Por fin un sitio donde tenían pescado. ¡¡Qué pesadez con los gatos!! En un momento nos rodearon 7 y hasta se nos ponían de patas en la silla para que les diésemos de comer. Llegó un camarero con una garrafa de agua, les medio duchó y salieron todos pitando, jajaja.


Tras llenar el buche, callejeamos un poquito más y fuimos en busca del Mausoleo de Moulay Ismail, que también lo podemos visitar los no musulmanes… pero como era viernes, nos lo encontramos cerrado. Cawen!! En las fotos que he visto parecía chulísimo.


Y dando un laaaargo paseo llegamos hasta los antiguos graneros Heri es-Souani, un recinto abovedado enorme donde se almacenaba el grano y se cobijaban los más de 12000 caballos del ejército de Moulay Ismail.


Estábamos matados así que nos fuimos al hotel andando. Nos tumbamos en las hamacas de la piscina con una cervecita y ¡¡a disfrutar!!


Esa noche cenamos en un Pizza Hut que había al lado del hotel. No es muy marroquí que se diga, pero la pasta estaba riquísima. Y a dormir, que mañana toca excursión a Volúbilis y Moulay Idriss.

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