viernes, 8 de julio de 2011

FEZ: EL LABERINTO DE LA... "FAUNA"

POR EL BARRIO JUDÍO... Y EL PERSEGUIDOR PERSEGUIDO.



Hoy madrugamos, pero un poquito menos que ayer. A las 9 de la mañana estábamos cogiendo un taxi para ir a Fez el-Jdid (la Medina Nueva y la Mellah o Barrio Judío).
Decidimos empezar por el Palacio Real. Sólo se puede visitar la fachada, que es impresionante.













Luego tiramos por la Rue des Merinides, llena de balcones de madera muy bonitos.




Giramos por la primera calle que nos pareció para adentrarnos en la Mellah y el panorama cambió. Calles sucias, feas, destartaladas, con las casas en un estado deplorable y todo con más mierda que el sobaco de una burra Confundido .

Por allí nos apareció el primer pesado de la mañana ofreciéndose de guía. Yo todavía seguía con mi propósito de enmienda y fui de lo más amable con él. Simplemente no nos interesaba. Dos calles después volvió a aparecer y siguió insistiendo. ¡¡No gracias, de verdad!! Daba la impresión de que desaparecía, pero cuando menos lo esperábamos…zas!! Allí estaba otra vez contándonos su vida. Nos iba diciendo cosas en francés y nosotros ni puñetero caso. Yo ya le iba diciendo a mi marido: párate, que voy a hacer fotos hasta de las alcantarillas, a ver si se cansa de esperar y se pira….Pero no se cansaba y venga a seguirnos como un perrillo faldero. Ya me planté y le dije: por favor ¿le importaría dejarnos en paz? Queremos ver las cosas por nuestra cuenta. Y empezó a hablar cada vez más alto y a decir que era imposible que lo viéramos solos, que era un laberinto, que nos íbamos a perder... Como da la casualidad de que también yo sé elevar el tono de voz, no me quedó otro remedio: A ver, tío plasta, si me pierdo es mi problema. Lo que quiero es que te pierdas TÚ.

Y ahí sí que ya se lió la de Alá es Grande. El moro gritándome en árabe y yo cagándome en su estampa en francés… y me dio por perseguirle. Le dije: vas a ver ahora lo divertido que es que te acosen, so mamón. Me fui detrás de él hasta que desapareció Malvado o muy loco Malvado o muy loco Malvado o muy loco .
Ale, uno menos a dar guerra. Hay que fastidiarse, que no pueda una estar tranquila ni en vacaciones.

Tras el incidente paramos a comprar una botella de agua en una especie de kiosco y aproveché para mirar el mapa a ver si estábamos muy lejos de la sinagoga y el cementerio judío, que es lo que íbamos buscando. Había una chica jovencilla en el kiosco y nos dijo que era allí al lado y nos acompañó a la puerta, pero el cementerio estaba cerrado. Nos enseñó unas vistas desde una ventana y nos dijo que nos acompañaba a la sinagoga que seguro que el vigilante nos abría la puerta. Le quise dar una propina a la chica por acompañarnos, pero se negó. No toda la gente en Marruecos es tan sinvergüenza como el de antes.

Visitamos la Sinagoga Ibn Danan (10MAD). Es pequeñita, pero está bien. La han restaurado con fondos aportados por las familias del barrio. En el sótano hay un mikvah (bañera para rituales de purificación).


El vigilante nos estuvo explicando la historia y nos acompañó luego al cementerio para que pudiésemos visitarlo (otros 10MAD).




La verdad es que el Barrio Judío tiene poquito interés, aún menos de lo que me esperaba Ojos que se mueven .
Regresamos a la Rue des Merinides y seguimos hasta Bab Smarine, una curiosa puerta abovedada. Bajamos por la Gran Rue Fez el Jedid, la calle principal, llena de puestos, sobre todo de ropa. Dejamos en nuestro camino la Mezquita Jama el Hamra (la Mezquita Roja) y Jama el-Beida (la Mezquita Blanca), y llegamos hasta Bab Dekaken, otra bonita puerta.

Íbamos buscando una antigua noria de agua y nos dio por mirar el mapa. Para qué se nos ocurriría. No me había dado tiempo a sacarlo del bolso cuando apareció el segundo plasta de la mañana ofreciéndose a llevarnos a una terraza panorámica desde donde se veía la noria. ¿Y éste por qué sabe que quiero ir allí? Chocado Por suerte no hizo falta deshacerse de él. Mi marido acababa de ver a la derecha un cartel que indicaba hacia el Café La Noria, así que fuimos para allá. Aprovechamos para tomarnos un té a la menta con vistas a la noria en cuestión.


Después seguimos nuestro camino a lo largo de la muralla hasta llegar a la Medina Vieja.


Queríamos hacer algunas compritas y comer allí. Nos volvimos a internar a la aventura en la maraña de calles. Se notaba que hoy era más tarde. Había muchísima gente, demasiada diría yo. Y venga a pasar motos y venga a pasar carros…y venga a pasar burros. Hay que andar con mil ojos o te llevan por delante.




Hoy sí que salían de las tiendas a invitarte a entrar “sólo a mirar”. Hoy sí que te acosaban para llevarte a las curtidurías. Hoy sí que nos agobiamos un poco. Conseguí comprar las 4 cosillas que andaba buscando y volvimos hacia Bab Bou Jeloud con la intención de entrar al Café Clock. Lo encontramos, a pesar de que está escondido en este callejón.

Entramos, vimos la carta y salimos por patas. Si La Kasbah es caro éste ya ni te cuento….y el menú…más de lo mismo. Así que fuimos a tiro fijo a la zona donde habíamos comido el día anterior y nos sentamos en otra terracita a degustar una buena ensalada marroquí y unas brochetas de camello. Teníamos los 2 antojo de probarlo y por eso habíamos ido primero al Clock, porque nos habían hablado de que allí servían hamburguesas de camello, pero no veo ni medio normal pagar 90MAD por una triste hamburguesa…
Las brochetas de este otro restaurante estaban francamente buenas. La carne no me supo fuerte ni nada. Como estaban bastante especiadas sabían parecidas a nuestros pinchos morunos. Ale, otro bicho extraño que he probado. Total de la cuenta, con las ensaladas , un zumo de naranja natural gigante y una cocacola: 80MAD.


De ahí nos fuimos en taxi hasta las Tumbas Benimerines, para ver la panorámica de la ciudad. Al taxista hay que decirle “Tumbas Merinides” porque, si no, no sabe a qué te refieres.
Las tumbas están en un estado de conservación penoso, pero las vistas desde allí son la bomba. Impresionantes!!!! Tienes toda la ciudad a tus pies. Estuvimos un buen rato allí sentados tomando el sol. Había bastante gente local.










Después, volvimos a la carretera, fuimos andando hasta el Borj Nord, una antigua fortaleza en lo alto de la colina y cogimos un taxi hasta el hotel, que estábamos baldados.

Esa noche cenamos también por la zona de la estación en otro bareto de barrio que ponían unas tortillas buenísimas por menos de 1€. No me canso de decirlo: en Marruecos se come muy bien y muy barato… pero si no te metes en los sitios para turistas.

Cervecita en el hotel y a la cama, que mañana nos vamos a Meknes.

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