jueves, 7 de julio de 2011

ARGENTINA INFINITA

DÍA 17: AL URUGUAY. GUAY, YO NO VO, VOY, PORQUE TEMO NAUFRAGAR

Salimos del hotel en dirección a la Terminal de Buquebús de Puerto Madero. Hoy vamos a visitar Colonia del Sacramento (Uruguay).


Los billetes los tenía comprados por Internet desde hacía 1 mes. Pillé una oferta en el ferry rápido (que tarda 1:15 horas) por 180 pesos ida y vuelta. Llegamos a la Terminal con una hora de anticipación porque nos habían avisado de que suele haber colas, pero no fue nuestro caso. Pasas por el mostrador de facturación, enseñas los billetes (nosotros, lógicamente, no facturamos equipaje) y te mandan al control de migraciones. Allí te sellan en el pasaporte la salida de Argentina y luego la entrada en Uruguay y pasas a la sala de espera.





Embarcamos puntualmente y salimos atravesando el Río de la Plata.
A los 10 minutos abrieron el free shop del ferry y todo el mundo acudió allí en estampida. Increíble cómo cargaban de botellas de alcohol, perfumes y tabaco Chocado . La verdad es que no vi unos precios excesivamente interesantes Ojos que se mueven . El alcohol estaba más o menos al precio de España, así que no me apetecía venir cargada. Los perfumes eran caros. Lo único más barato era el tabaco: 2 cartones de Winston por 25 dólares.


Llegamos a Colonia y estaba el día muy nublado y caluroso. Fuimos andando hasta el casco histórico, vimos la iglesia, casitas coloniales de colores, la muralla y la famosa calle de los suspiros de estilo portugués.




















Buscamos un sitio para comer porque eran casi las 3 de la tarde. Justo a la vuelta de la calle de los suspiros vimos un restaurante con terracita que nos gustó y nos pedimos una cazuela de mondongo cada uno (un guiso de callos con garbanzos, alubias blancas y patatas que estaba de muerte Amistad ). De beber, una litrona de Patricia, una cerveza local. Muy barato todo, más incluso que en Buenos Aires y se puede pagar en pesos argentinos, uruguayos, reales, dólares o euros.


Salió el sol. Seguimos pateando por allí. Vimos el faro, ruinas de varios conventos, calles empedradas, el club náutico y un par de ferias de artesanía. ¡¡Qué agotamiento!!

















Se nos pasó la tarde pitando y tuvimos que volver al puerto a coger el ferry de vuelta. Trámites de pasaporte de nuevo, embarque puntual y unas risas de la leche cuando llamaron por megafonía a una pasajera… de pronto se oye una voz que dice: “atención, señora Maruja Manchada, repito Maruja Manchada, contacte con el personal del ferry”. La carcajada general fue de lo más estrepitosa. Me imagino que la pobre mujer estará considerando cambiarse de nombre… Riendo Riendo Riendo


En algo más de una hora estábamos en Buenos Aires.
Aprovechando que la Terminal de Buquebús está en Puerto Madero dimos una vueltecilla nocturna por allí. La iluminación es muy chula.








Entramos a cenar en un gran descubrimiento: Las Brasas Argentinas (justo al lado del puente de Calatrava). Es un tenedor libre donde por 53 pesos más la bebida puedes comer de todo, carne, pescado, marisco, sushi, ensaladas. Estaba hasta arriba de gente y la comida era deliciosa Aplausos Aplausos .


Nos dieron las tantas y volvimos al hotel en un taxi más cansados que un perro.

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