sábado, 6 de agosto de 2011

NAVIDADES 2007 EN RIVIERA MAYA

Día 2. 23/12/ 2007

A las 4 de la mañana ya estábamos los dos con los ojos como platos. Eso es Jet Lag y lo demás son tonterías. A las 5 amaneció y decidimos levantarnos porque ya nos dolía hasta el alma de estar en la cama (y eso que era comodísima). A eso de las 6 nos fuimos a explorar el hotel y los alrededores. Nos pareció todo precioso. Un montón de jardines y vegetación muy cuidada. A esas horas ya había gente currando. Limpiaban la piscina y había jardineros recogiendo hojas en los jardines. Me llamó la atención la cantidad de pájaros que había y cómo cantaban, en especial uno al que desde ese día bautizamos como “el pájaro de psicosis”, porque cantaba y sonaba igual que la musiquita esa de la peli de psicosis cuando la escena de la ducha, el “iii,iii,iiii”. (Es difícil reproducir el sonido aquí, pero todos sabéis a lo que me refiero). También había gatos y un bicho rarísimo, como una rata gorda y alargada sin cola. Incluso llegamos a ver varias iguanas en días posteriores. Una me salió a mí en la piscina cuando estaba tomando el sol y fue una flipada.
Cuando vi toda esa fauna entendí el cartel que había saliendo del lobby para ir a las habitaciones que decía : No den de comer a los animales. Yo al verlo pensé ¿dónde me he metido? ¿en el zoo?.

Seguimos el recorrido del hotel. El lobby estaba precioso con su árbol de navidad y su belén. Salimos a la calle y fuimos andando al centro comercial Playacar que está según sales a la izquierda, como a 500 metros. Allí sacamos dinero del cajero del Banco Santander. Yo realmente recomiendo que saquéis dinero del cajero y que paguéis con tarjeta donde podáis porque trae mucha más cuenta que cambiarlo en bancos, agencias u hoteles. A pesar de la comisión que te cobran siempre sale mejor porque te aplican el cambio real de ese día. Eso sí, sacad cantidades grandes de una sola vez y no de poco en poco. Por ejemplo, en el Hotel lo cambiaban a 14,10, en Playa del Carmen lo ví como mucho a 14,90 y a mí en el cajero me salió a 15,60. Ah, y jamás, bajo ningún concepto, se os ocurra pagar en euros porque os estafan como a chinos.
En el centro comercial vimos una tienda que ya estaba abierta a esas horas y que vendían tarjetas telefónicas. Por 100 pesos puedes hablar 24 minutos con España (a fijos, a móviles era algo menos). Llamamos a casa para decir que estábamos bien. No llaméis NUNCA desde el hotel. Te cobran el establecimiento de llamada a 3 euros y luego 3 euros por minuto. El móvil sale más o menos por lo mismo y sólo funciona si es tribanda. Así que ya sabéis, locutorios o tarjetitas pre pago.

Volvimos al hotel a las 7 que abrían el restaurante principal para desayunar. Ya había cola para reservar las cenas de los restaurantes temáticos y la cena especial de Nochebuena.

Reservamos para el Restaurante Mexicano para esa noche y para la cena de gala. Había turnos de 18:30 y 21:00 horas. Lógicamente cogimos a las 9. Nos dieron un papelito. Entramos a desayunar. El restaurante Jalisco me pareció una pasada de grande y estaba precioso con la decoración navideña. A la entrada había un camarero dando champán a quien quisiera empezar el día con burbujitas en la barriga. Nosotros pasamos. Me gusta el champán, pero mi afición etílica no es tan grande como para empezar a cocerme a las 7 de la mañana, así, sin pan ni nada.



El buffet del desayuno me pareció muy bueno. Había muchísima variedad e incluso cocina en vivo. Luego nos fuimos a la playa. Nos habían convocado los de Solplán a las 9 para la reunión informativa (o sea para decirnos que salir del hotel por nuestra cuenta era muy peligroso y vendernos las excursiones a cojón de mico), pero obviamente pasamos de ir y hasta ahora no he tenido noticias de que nadie nos echara en falta.


La playa está a 5 minutos de hotel. Hay un trenecito que te lleva pero no merece la pena esperarlo. Viene bien andar un poco para bajar el buffet y los cocktails. Se llega muy fácilmente a través de un corredor arbolado que hay enfrente del hotel, cruzando la carretera. Pasas por medio del Riu Palace y del Riu Yucatán, y la playa en sí está en el Yucatán.(Por cierto, este hotel me gustó bastante menos que el Tequila).
La playa tiene sus cosas buenas y malas. Las buenas: es natural, la arena es fina y el agua tiene un color precioso. Las malas: tiene una bajada cojonuda para ir a las tumbonas. Es difícil pillar sitio (y mira que madrugamos) porque los americanos y canadienses lo tienen todo petado.( En Navidad es temporada alta y media América está allí.) Es un poco estrecha y en cuanto te metes en el agua te cubre, no te puedes meter y meter como en otros sitios que sigues haciendo pie. Nos bañamos muchísimo. El agua está muy buena. Había un montón de pececitos por la orilla. Y luego nos dedicamos al “tumbing”, vuelta y vuelta, bien embadurnados de cremita, porque aunque sea invierno, el sol pega de narices. 






Nos acercamos a la piscina del Yucatán y estuvimos tomándonos unos pelotazos allí (2 margaritas y un daiquiri de fresa). O mi tolerancia al alcohol está cada día más desarrollada o para mí que cargan poco las copas, porque nos hemos bebido hasta el agua de los floreros y ni siquiera nos hemos pillado un puntazo majo.    

Luego nos fuimos a la piscina del Tequila y más vuelta y vuelta, copazo, largo va, largo viene, copazo, me tiro a bomba, otro pelotazo, al jacuzzi un ratito con su correspondiente lingotazo.....¡cómo me gusta el Caribe y qué bien se está sin trabajar!   
Cuando nos hartamos de estar a remojo fuimos a comer al restaurante Lupita (que está en el centro de la pisci). Es buffet y estaba todo muy bueno, aunque al cabo de los días me acabó resultando un poco repetitivo. El vino que ponen para comer no se lo bebe ni Ernesto de Hanover en pleno síndrome de abstinencia, así que mi marido fue al bar que hay dentro a por un par de cervezas. (Prometo que ninguno de los 2 tenemos un problema con la bebida, aunque después de todo lo consumido pueda parecerlo). 
Después de comer, duchita y a Playa del Carmen en taxi (50 pesos) a reservar las excursiones. (También se puede ir andando, una media hora. Según sales del hotel a la izquierda, todo recto hasta que llegas a una rotonda y allí a la derecha y ya estás).
Playa del Carmen me encantó. Está muy enfocado al turismo, pero encontramos un montón de rincones como muy hippies. Muy chulo el sitio. Buscamos la 5ª avenida (no tiene pérdida) y estuvimos fisgando un poco por las agencias. Algunos vendedores se tiran a por ti, pero nosotros teníamos más o menos claro que íbamos a contratar con Infocenter, porque yo ya me había puesto en contacto con ellos por mail y me habían mandado toda la información y precios. Al final reservamos con ellos Chichén Itza, Cenote Ik Kil, Valladolid por 495 pesos y Coba, cenote Cho Ha y Comunidades Mayas por 600 pesos (valía 660 pero le regateé un poco y como contratábamos 2, pues coló). Me parecieron muy buenos precios en comparación con lo que pedían en el hotel y en otros sitios..
Nos dimos una vuelta para ver precios de regalos y tener una idea para luego poder regatear en Chichén. Hay tiendas de precio fijo con buenos precios y te suelen hacer un descuentillo si compras más, por ejemplo, de 800 pesos. Entramos en un supermercado que tenían bebidas a buen precio con ofertas de 2x1 y tal. Compramos tequila Don Ramón reposado, en unas botellas super chulas de cristal esmerilado, una botella de Margarita Mix de José Cuervo, y 2 botellas de un licor típico de Valladolid que se llama Xtabentun (como un orujo de hierbas anisado con miel que está buenísimo). Todo por 415 pesos. Me pareció muy barato.
Nos acercamos al puerto desde donde sale el ferry a Cozumel. Había muchísima gente esperando.
Ya cansados de dar vueltas regresamos al hotel en un taxi. Ya era de noche (a las 5:30 no se ve nada) y las calles están muy mal iluminadas. El hotel estaba precioso con todas las luces de Navidad. Descansamos un rato y nos arreglamos un poco porque habíamos reservado para cenar en el Mexicano a las 9. El restaurante está al lado de la Playa del Yucatán, en el Beach Club. Fuimos al Yucatán a tomarnos unos chismes y había un show para los niños. Me pareció una horterada destinada a los americanos. La animadora se lo curraba, la verdad, pero el resultado era bastante lamentable.
Luego fuimos a cenar y ni a mi marido ni a mí nos gustó nada. De primero hay buffet libre de ensaladas, nachos con salsas variadas y cosas así y el segundo lo escoges entre 5 ó 6 opciones. Yo pedí unas gambas con salsa no sé qué (Puagh!!!!!) y mi marido pollo relleno de algo raro con cosas extrañas. No sé muy bien lo que se comió pero no le gustó. De postre unas bolitas de helado (lo único un poco pasable). Yo me estaba quedando frita. El jet lag atacaba de nuevo y como la cena no era nada emocionante, nos fuimos a dormir, previa parada de avituallamiento en el bar el Kiosko del Tequila a por el pelotazo de rigor y luego a la camita, que había sido un día muy largo y llevábamos despiertos desde las 4 de la mañana.

1 comentario:

  1. He tenido la posibilidad de pasar las fiestas en distintos países pero nunca he podido ir a Mexico. Me contaron que estar en año nuevo en los hoteles en playa del carmen y poder ver el cielo desde la playa es algo increible

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