sábado, 6 de agosto de 2011

NAVIDADES 2007 EN RIVIERA MAYA

Día 3 . 24/12/2007. Nochebuena

Para variar, a las 5 de la mañana estábamos despiertos. “Mecagüen” el puto jet lag.  Ese día teníamos pensado ir a Tulum por nuestra cuenta. Desayunamos y salimos a la carretera en busca de una van. Error enooooooorme. A ver, desde el Tequila a la carretera hay una buena tirada. No es como los hoteles que están en la carretera tipo Barceló, Palladium, Bahía Príncipe, etc. que sales a la puerta del hotel y estás en medio de la carretera. Desde el Tequila hay casi media hora andando. Cuando llegamos a la carretera venga a esperar y pasaba de vez un cuando una van y no paraba porque ya iba llena. Era bastante desesperante, porque además hacía mucho calor y estábamos a pleno sol. Tras media hora esperando infructuosamente paramos un taxi y le pregunté cuánto nos cobraría por ir a Tulum. Nos dijo que 400 pesos, pero que si nos interesaba ir y que nos esperase allí el tiempo que fuera nos hacía ida y vuelta por 600. Le dije que también queríamos ir a Playa Paraíso y nos dijo que sin problema. Así que nos montamos en el taxi. El taxista, muy majete, se llamaba José Luis García, y me dio su tarjeta. Si alguien está interesado, le paso el número. Nos dijo que ese día era fiesta allí y que por eso era más complicado coger una van ya que viajaba la misma gente o incluso más y pasaban con bastante menos frecuencia.
Los que vayáis al Tequila, id a Playa del Carmen en taxi y allí pilláis la van desde la salida, con lo cual es más fácil coger sitio.
El viaje a Tulum duró unos 40 minutos. Me fui fijando en todos los hoteles conocidos que iba encontrando por el camino y pensé que igual eran buenos hoteles pero estaban allí dejados de la mano de Dios. Sólo tienes el hotel y la carretera, con lo que necesitas un coche o depender de vans todo el tiempo. En mi opinión es mejor un hotel en la zona de Playacar para estar más cerquita de Playa del Carmen y por lo menos que cuando salgas a la calle no te encuentres perdido en el medio de la nada.
El taxista nos fue contando muchas cosas. Era realmente simpático. Nos dejó antes de llegar a las ruinas porque hasta la misma puerta no dejan pasar a los taxis. Desde allí hasta la entrada se tardan unos 5 minutos andando. Hay un trenecito que te lleva por 20 pesos, pero creo que no merece la pena. Hay que andar, que el ejercicio es necesario después del atracón en el buffet.
La entrada a las ruinas cuesta 45 pesos. Por meter videocámaras cobran 35 pesos. Había guías ofreciéndose en la puerta por 300 pesos. Nosotros no cogimos guía porque ya llevaba información y tenía un plano que me había bajado de internet.
Entramos y nos dimos cuenta de que el sitio era enorme, que hacía muchísimo calor y que no había ni una sombra. Llevaros agua del hotel porque allí era carísima y como no bebáis os puede dar un jamacuco.





Las ruinas me encantaron pero no por los restos arqueológicos en sí sino por el emplazamiento. Las vistas desde el acantilado son espectaculares. Hay iguanas a punta pala y como te descuides las pisas. Están muy acostumbradas a estar entre gente y posan para las fotos. Algunas son gigantes.







Lo que más me gustó de Tulum....LA PLAYA. Espectacular. Además, teníamos tal sofocón encima que el baño fue super agradecido. Estuvimos casi una hora en el agua.
Había muchísima gente y la playa es bastante pequeña, pero nos dio lo mismo.









De ahí nos fuimos en el taxi a Playa Paraíso. Está muy cerquita. Me gustó mucho, pero estaba todo hasta arriba. Esta ha sido la tónica general de nuestro viaje, gente, gente y gente por todos los lados. A veces resultaba un poco agobiante. Yo nunca me había imaginado que tantísima gente viajase en Navidad.
Cuando nos cansamos de la playa, volvimos al taxi y nos devolvió al hotel. Llegamos a las 2, comimos y a la piscina (ya empecé a pensar que me iban a salir branquias con tanta agua). Luego nos echamos una pequeña siesta porque todavía andábamos un poco desfasados con el horario y como esa noche era la cena especial de Nochebuena queríamos estar despiertos.

La cena fue espectacular. El salón del restaurante Jalisco estaba precioso y la comida era muy variada y abundante. Se nota que es un hotel de cadena española porque, entre otras cosas, había jamón, cochinillo asado, gambones a la plancha. De verdad que una cena espectacular. La gente iba bastante arreglada, aunque realmente vimos de todo. Había gente en vaqueros y camiseta y gente que parecía que iba a la gala de los Oscars. Ya sabemos que las americanas son únicas a la hora de “decorarse” con pamelas y horteradas varias. Vimos a una que parecía un Ferrero Rocher, porque era una bola embutida en un vestido dorado. Ideal de la muerte. Al final de la noche la volvimos a ver en la terraza al lado de la discoteca y había complementado su atuendo con una preciosa pashmina: la toalla de la piscina (se ve que tenía frío). Que tiemble la Pasarela Cibeles, que en la próxima temporada ya sabemos lo que se va a poner de moda.  

Ese día sacaron el vino bueno en el restaurante y el cava era catalán. Me encantó todo, la cena, el ambiente, todo....







Luego fuimos a ver el espectáculo, pero ya casi había acabado. Lo tienen montado para los americanos que como cenan a las 18:30 pues siempre llegan a tiempo de verlo. Los españoles, como salimos de cenar a las 10, ya no llegamos a tiempo. De todas las maneras no me gustó ningún espectáculo de los que vi a ratos. Eran un pelín hortera. Sobre todo cuando veías a los “gringos” subirse al escenario a hacer el ridículo bailando o haciendo cualquier cosa. Los españoles somos un poco más “formalitos”. 

Esa noche sólo me dio tiempo a ver a los animadores encendiendo unas velitas y cantando el Noche de Paz. En fin.
Nos tomamos unas cuantas copas (no bebáis cubatas porque el refresco es de máquina, tipo McDonald’s y no tiene ni fuerza). Son mejores los cocktails.
Entramos un rato en la discoteca “La Piñata” a ver el ambientillo. Tomamos un chisme y nos salimos porque no nos iba mucho el tema.
A eso de la 1 nos fuimos a la habitación, nos trincamos un par de tequilas y a la piltra. Un día muy completito.

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